En varias ocasiones pasamos por la imponente Torre Eiffel, considerada símbolo de París.Esta obra maestra del ingeniero Gustave Eiffel se levantaba imponente ante nuestro asombro. Los visitantes teníamos el deseo obligado de subir y la emoción nos hacía presos de la tentación de ser testigos directos de tamaña obra. Subimos por el ascensor, luego de hacer una larga cola con un frío que nos penetraba y paralizaba, pero no doblegó nuestros deseos de conocerla. Valió la pena subir!! En las dos alturas hay tiendas de recuerdos y dos restaurantes. La vista, es de las mejores , junto a la Torre Montparnasse, se ve todo París. Ya había caído la noche y el espectáculo que presenciabamos fue muy bello! París todo iluminado es una fiesta para el alma.Ya había comenzado el magnífico juego de luces centellantes que hacen un espectáculo sin igual!
M.L
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