El día sábado 16 de enero viajamos en tren hasta la Estación Pauillac, desde allí en taxi siete km. a Saint- Estèphe, nos esperaba Cécile Audoy, prima de mi esposo. El recorrido en auto fue breve, y en ambos lados de la carretera divisábamos viñedos y hermosos castillos , quedaba un poco de nieve del día anterior por lo que el trayecto se hizo muy pintoresco. Nos dirigíamos a conocer el Castillo Cos Labory que perteneciera a Don Augusto Weber y a su hermano Ambrosio, vendido en el año 1959 a la Flia Audoy. Teníamos una gran emoción contenida porque sabíamos que en ese lugar Don Augusto tejía sueños para el futuro de su familia, sueños que quedaron truncos al enfermar y luego fallecer antes de poder cumplirlos. Mi marido era apenas un niño de trece años y guarda aún hermosos recuerdos de los relatos de su padre. Hoy después de haber pasado muchos años nosotros recorrimos ese camino que Don Augusto transitó en otras épocas.
A nuestro arribo nos recibió Cécile y su hijo menor Marcel, el encuentro fue felíz! como si toda la vida nos hubíesemos conocido. Conversamos sobre nuestras familias y Cecile rememoraba sus años jóvenes cuando veraneaba en La Cabañita con la familia Weber, nosotros nos comunicabamos en un francés un tanto defectuoso y ellos en un castellano afrancesado pero la charla se hacía cada vez mas intersante.Al medio día llegó Bernard, hijo mayor con su esposa Marlene, nos dieron la bienvenida con un sabroso champaña de la zona, luego almorzamos una elaborada y delicada comida de la cocina francesa y degustamos un vino blanco Chateau Gignard de Borgoña, los momentos compartidos serán inolvidables para nuestras vidas, la charla seguía en un clima de afecto, mientras descorchaban un vino Cos Labory para acompañar exquisitos quesos, nos sorprendió la caída de la tarde...afuera caía una suave nevada... Marcel en un gesto cariñoso nos llevó en auto hasta Bordeaux... siempre guardaremos en nuestros corazones este encuentro tan especial y emotivo...
M.L
Ha sido un momento muy emotivo en mi vida y Mimí lo ha relatado con gran afecto y presición. José A. Weber.
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