LIBANO: El nombre de éste país proviene de la palabra lubnan, blanco, por el color de las montañas nevadas. En Bashsharri, a la sombra de la montaña Qurnat as Sawda de 3.083 m. de altura, hoy en día quedan unos cientos de cedros, algunos de los cuales superan los 2.000 años. El Líbano fue famoso en la antiguedad por la exquicita y valiosa madera de cedro que lamentablemente fueron talados sin piedad.
BEIRUT: una capital moderna con un pasado digno. Es una ciudad activa y pujante, inolvidable para aquél que la visita. Su ubicación estratégica, rodeada por el mar y las montañas, le asigna una historia de mas de cinco mil años, que la convierten en una ciudad bella. La armoniosa convivencia de sus habitantes y su clima ideal hicieron de Beirut un polo de atracción comercial.
Beirut ha sobrevivido a los embates de numerosos conflictos por lo que se la llama "La ciudad que se resiste a desaparecer". Los libaneses demostraron su temple y dinamismo al poner en marcha la reconstrucción de su infraestructura pública y privada.
Hoy les propongo un viaje imaginario y un recorrido por las ferias y mercados donde late el sentir de su gente, esos barrios mercantiles, el puerto y esas callecitas laberínticas donde se pulsa la vida.
Recordando con alegría aquellos soleados días donde pude disfrutar ese paisaje urbano, colorido y con aromas penetrantes, es que hoy deseo compartir con ustedes una de las recetas de mi preferencia "Los niños envueltos", que siendo niña aprendí mirando de mi querida "zeta" y que hoy con proverbial hospitalidad árabe preparo, siempre en abundancia...por si llega un húesped inesperado.
C.L- Mimí
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