viernes, 11 de diciembre de 2009

EL MUNDO DE ABUT


La historia que les voy a relatar fue de AMOR, PERSECUCIÓN, LOCURA Y MUERTE. Desde la antigüedad hasta nuestros días se estigmatizaban los amantes de diferentes clases sociales…
Corría el año 1925 y dos jóvenes vivían un amor apasionado, a escondidas, por la incomprensión y los prejuicios de la aristocrática familia de la joven enamorada.
Sabían del riesgo y que pagarían alto precio por su transgresión a las rígidas normas familiares.
Hostil fue el entorno, vientos de nuevas angustias soplaban, precursores mensajes rodeaban aquellas caricias y besos que se prodigaban.
Fue un amor escondido en la oscuridad de la noche; vedada estuvo la luz brillante del día para gritar y mostrar cúanto se amaban…
También la oscura noche, fue la única testigo silenciosa, cuando la tragedia con su lanza de dolor
irrumpió. Los hombres sin nombre, con rostros cadavéricos y manos firmes, empuñaron la espada traisionera arrancando toda ilusión de aquel tierno amor.
Quebrado quedó el amor para siempre.
Abut sobrevivió a la locura del amor…
La joven mujer partió para nunca más volver…
Abut el joven árabe, hasta su muerte quedó inmerso en la melancolía.
De ella nada nada se supo, secuestrada y prisionera por su entorno se hundió en la nada.

Al decir del gran poeta Khalil Gibrán:
"Extranjero, extranjero, amante de cumbres inalcanzables
¿Por qué habitas en las cimas, donde las águilas hacen nidos?
¿Por qué buscas lo que no puede alcanzarse?"
M.Lucero

Título: "El mundo de Abut"

Técnica: óleo s/ tela
Año: 1999

"EL COLONO" ESPERANZA, Viernes 9 de Abril de 1976

EL MUNDO DE ABUT
Tibieza del otoño, es domingo,
el sol cribado juega con las plantas
besándose a los árboles y al césped
de la plaza.

Enigmático, enjuto y pensativo,
ignorando la tarde iluminada,
desoyendo las risas de los niños
lento pasa.

Entonces me acerqué muy dulcemente
para saber de su distancia arcana,
para avistar al menos ese piélago
de nostalgias.

Tenía nombre como yo, y todos,
porque le pregunté: Abut, se llama,
sesenta años soportó agobiando
sus espaldas.

- Cuando así se detiene y fijo mira,
como en éxtasis raro, horas largas,
¿cuéntame lo que ve, lo que recuerda?
pero calla.

Verá trasgos y górgolas que envueltos
en rito misterioso juntos danzas,
o tejerá quien sabe cuantos sueños
del mañana.

- ¿Qué piensa del amor? ¿hubo en tu vida
una mujer de ti enamorada?
- Sí, pero ayer, cuando muchacho era,
la amaba.

- ¿Y un hijo del amor quisiste acaso?
- Sí, lo añoré en otras madrugadas,
mas hoy es imposible, estoy enfermo.
(sin palabras).

- Dime, Abut ¿qué esperas de la vida?
(y regresa a su mundo, ya no habla)
taciturno apenas me responde:
- nada, nada.


Autor: Irma Quartarone
Esperanza, Otoño de 1976

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